El secuestro de Antonio Villas Boas parecía ser tan infantil, asombroso y bizarro que los investigadores no dieron el crédito pertinente. Pero su historia finalmente transcendió llegando a la primera plana mundial.
¿Quién fue Antonio Villas Boas?
Villa Boas era un granjero de 23 años de edad, de localidad de San Francisco de Sales, estado de Minas Gerais, Brasil, cuando fue abducido por extraterrestres en el año 1957.
El primer contactos
El primer contacto ocurrió la noche del 5 de octubre de 1957, cuando él y su hermano procedían a acostarse. Por la ventana de su dormitorio apareció una luz intensa, que se desplazó desde el granero, hasta el techo de su casa. El fenómeno duro solamente unos segundos; luego la luz desapareció.
El segundo contacto
Solamente 9 días después, a las 9.30 horas de la noche, ambos hermanos se encontraban haciendo tareas de arado con su tractor. Súbitamente encima de ellos apareció una luz grande y brillante que se desplazó hacia a los lados del sembradío para luego desaparecer bruscamente.
La Abducción
La noche siguiente, como todas las noches de verano, para evitar el calor agobiante, Antonio estaba de nuevo en el campo arando junto con su tractor. Al mirar hacia el cielo, vio una gran estrella roja, que parecía lentamente aumentar de tamaño. Se acercó tanto que Antonio pudo observar un objeto oval, que emitía una luz intensa.
El OVNI aterrizo a unos 15 metros de él. Antonio pude diferenciar parte de su estructura, vio un borde lleno de luces rojas blanquecinas. Encima había una especie de cúpula que giraba y al instante un ruido mecánico hizo desplegar unas especies de patas o tren de aterrizaje.
Antonio, aterrado, acelero su tractor para alejarse lo más rápido posible, pero solamente pudo hacer unos pocos metros hasta que el motor de tractor se detuvo y dejo de funcionar. Preso del pánico, salto ansiosamente del tractor, cayó al piso y comenzó a correr de forma desesperada por los surcos de arado. Solo pudo correr unos metros, cuando alguien o algo lo tomo del brazo. Intento eludirlo, pero un paso más adelante fue atrapado por otros tres humanoides que lo inmovilizaron.
Lo llevaron a la nave, el resistía con toda su fuerza, los captores lo subieron por una especia de escalera e introdujeron en una habitación metálica, cuadrada e iluminada por cientos de luces pequeñas y elevadas.
Descripción de los humanoides
La descripción de Villas Boas de los humanoides que lo privaron de su libertad fue abundante en detalle.
Según Antonio los seres vestían monos grises ajustados y grandes cascos reforzados con bandas de metal por delante y por detrás. Por las aberturas pudo observar ojos claros y redondeados. Los cascos presentaban tres tubos al parecer los utilizaban para respirar. Las mangas de sus trajes terminaban en gruesos guantes. Sus pantalones eran ajustados y las suelas de sus zapatos presentaban unos 5 centímetros de espesor. En su pecho cada uno tenía una especia de placa rectangular que reflejaba la luz.
Los preparativos
Un humanoide se acercó a él y paso por todo su cuerpo una esponja mojada con un líquido transparente, espeso y sin olor.
Lo llevaron a otra habitación, que en su puerta tenía una inscripción extraña, símbolos inentendibles. Al parecer le extrajeron sangre, al apoyar una especie de tubo succionador sobre su pómulo.
Después lo dejaron solo, a los pocos minutos un olor desagradable comenzó a salir por unas toberas, que estaban justo por debajo del nivel del cielorraso. Un humo gris comenzó a inundar la habitación. Momentos más tarde todo cesó, se abrió la puerta y entro una mujer desnuda que se dirigió hacia él.
Descripción de la mujer
Antonio cuenta que la mujer era extremadamente bella. Era de menor estatura que él, su cabello era liso, rubio y caía sobre sus hombros. Peinaba con raya al medio. Sus ojos eran grandes, azules y alargados hacia afuera. Su cara era ancha, pero se estrechaba en su barbilla. Sus labios eran muy finos y su boca pequeña, casi como una hendidura. Sus orejas eran muy pequeñas. Tenía cintura delgada, caderas anchas y manos alargadas.
Intimidad extraterrestres
La mujer se acercó a Antonio y froto la cabeza contra su hombro. Su cuerpo quedo pegado al de él. Lo recostó sobre la camilla, se montó encima de él. Nunca lo beso, ni emitió palabra alguna, solamente algunos gruñidos y un leve mordisco en su barbilla. Ambos lograron un momento culmine de intimidación. Luego ella lo rechazo e inmediatamente se abrió la puerta de la sala.
Antes de abandonar la sala, “la mujer” señalo su vientre y después al cielo.
La despedida
Después de lo ocurrido, llevaron a Antonio a recorrer la nave. Finalmente, le invitaron a bajar por las escaleras y volver al tractor de donde había partido.
Desde allí, observo como la nave retiraba la escalera o rampa, sus patas metalizas desaparecían, las luces comenzaban a brillar, la nave se elevó unos cuantos metros y luego se disparó y desapareció.
El día después
La aventura del rapto por seres extraterrestres había durado más de 4 horas. Volvió a la casa, se recostó y durmió hasta las 4.30 horas de la tarde posterior.
Los días posteriores al rapto, comenzó a tener pesadillas con el incidente y a partí del día después y por varios meses más sintió nauseas, dolor de cabeza. Sus ojos comenzaron a arder y tomar color rojizo. Extrañas heridas comenzaron a surgir en su cuerpo. Después de varios días se secaron, y dejaban cicatrices en su cuerpo color purpura.
Las lesiones le siguieron apareciendo durante meses. Se le presentaban pequeños nódulos rojizos, más duro que la piel en su alrededor, protuberantes y dolorosos al tacto
Cicatrices misteriosas
Tiempo después, el 22 de febrero de 1958, el doctor Fontes examino a Antonio. Observo dos manchas pequeñas, una a cada lado de la barbilla. Según el doctor la descripción de la lesión seria “cicatriz de alguna lesión superficial con hemorragia subcutánea asociada”.
Fontes también noto varias lesiones difuminadas por su cuerpo. Según el médico las lesiones se deberían a algún tipo de envenenamiento por radiación o exposición a la radiación.
Reflexión Final
No cabe duda que la historia de Antonio Villas Boas es lo más parecido a cuento de ficción de la época. Quizás su subconsciente generó toda esta historia de abducción e intimidad extraterrestre con el fin de darse a conocer.
Pero, en la vida siempre hay un, pero…. Y es por ello que escribo sobre Antonio.
El 10 de octubre de 1971, Joao Martins, periodista brasileño, fue autorizado a escribir sobre este caso. Su relato apareció en la revista “Domingo Ilustrado” de Rio de Janeiro.
Su informe abreviado es el siguiente:
“Antonio Villas Boas fue sometido por nosotros y un oficial del ejército, a métodos de interrogación sofisticados, sin caer en ninguna contradicción. Se resistió a todas las trampas que le tendimos para descubrir si buscaba dinero, o notoriedad. Un examen médico, revelo un estado de completo equilibrio físico y mental. Su reputación en la región en donde vive, ha sido siempre la de un hombre serio y trabajador.”
Martins menciona que por momentos el interrogatorio rozo el tratamiento duro y cruel de su persona, pero Villas Boas nunca se contradijo y siempre mantuvo la misma versión original.
Antonio Villa Boas, nunca ingreso al mundo mediático, con el correr de los años se recibió de abogado, se casó y tuvo 4 hijos, aparentemente siempre fue una persona sana, hasta que cayó enfermo debido a una enfermedad muy particular y extraña. Fue llevado a Estado Unidos para realizar un tratamiento, su estado de salud empeoraba día tras días y falleció en 1992.
El mundo en que vivimos está lleno de historias fantásticas y no tan fantásticas y está repleto de mentiras y verdades.
Quizás solamente haya sido una fantasía de Antonio o quizás su hijo mitad extraterrestres el día de hoy tenga casi 60 años.
Pensar con palabras es ordenar alfanuméricamente, para controlar, sincronizar y proyectar en planos de dos dimensiones. En ese circuito cerrado todas las posibilidades se reducen a probabilidades mediante lógicas booleanas. Sin embargo son programadas para pasar por una puerta prestablecida y condicionada con las creencias. Aún con el pensamiento lateral, se posicionan en la puerta, de esta manera se mantiene la causa, y lo nuevo es funcional en los efectos.
La cárcel del observador, desde donde parte la proyección, tiene un denominador común, confunden lo que es con lo que cree que es, incluido con sí mismo. Esto sucede porque el lenguaje domina al ser y consecuentemente es llevado por su etiqueta desde creencias y sistemas de control o de gobierno. El deber con la etiqueta es muy efectivo pero pobre en sentidos, y tiende a sintetizar la parte por el todo. Este estigma se reproduce en cada núcleo familiar, con diferentes matices e intensidades entre el esclavo y el amo, generando vulnerabilidades y previsibilidad que son utilizadas para gobernar masas mediante relatos. El esclavo como ser inferior, puede convertirse en victima o en masoquista, polarizándose y jugando el rol con su opuesto. Es decir, lo muerto por estático, moviliza y gobierna sobre lo vivo. Por eso todo sistema de gobierno brinda libertad condicional con permisos mediante un contrato social entre los que mandan y los que obedecen. Básicamente, el sistema de gobierno refleja el estado de desarrollo del autogobierno de la población. El ente gobernante posee toda la dirección creativa mientras la persona se autolimita en sometimiento.
Por eso no pueden discernir entre el bien y el mal, la verdad y la mentira o entre la ficción y la realidad. Una relatividad muy conveniente que posiciona a la vida lógicamante como un caos y la máquina emerge como un pilar de seguridad para el control del que se hace esclavo.
La fusión alterada de la simulación creativa con la realidad, es una consumación distorsionada que al igual que en una pesadilla, los símbolos de lo ignorado mutan según la condición y estigma del creyente. La música de fondo siempre es el miedo a la muerte, y la etiqueta, víctima de sus creencias, se protege lógicamente inclinándose a lo seguro, que generalmente es un mal menor. Por eso, todas las patologías están vinculadas con formas de esclavitud. Las experiencias consumadas desde la distorsión, ya sea mistica, profética, ecm, abduccionista, contactista, o simplemente una crisis, enfermedad o accidente, tienden a justificar las condiciones de las creencias. La experiencia personal sirve para su propia liberación, ya que es una vía de escape de la sensación de eternidad en el plano 2d de la palabra. El resentir es insoportable desde allí, y al tener interferidas sus señales de alarma en una saturación, se convierte en la única forma en la que puede sentir su estado y centrar su atención en lo esencial. La pesadilla, sueño o mito, se hace presente.
En un sueño lúcido, experiencias fuera del cuerpo, o en sueños premonitorios, se sale de esa red 2d hacia una copia fiel y maleable de la realidad, en donde se distinguen las proyecciones lógicas y puntos de encuentro desde las creencias, de manera real o simbólica, de acuerdo al nivel de ignorancia.
Por eso, una vez dominado el lenguaje, se debe modificar la creencia, cambiarla, o descartarla totalmente según según sea conveniente. Entonces se convierten en referencias como los son las palabras, que aluden a realidades. También se distinguen las palabras inventadas para el control desde los relatos de la propaganda, sea política, económica, religiosa o cientificista.
Cuando la población domine su lenguaje podrá disponer de su sistema y ficción legal/técnica a su servicio, como también de las fantásticas y catárticas sin ser presa por ellas.
El verdadero pensamiento creativo está más allá de las palabras, y se entrena con el oficio y en especial con el arte, en donde la materia prima es la memoria vital y la esencia del ser, y sus lenguajes son herramientas y las palabras objetos. Por eso todo lo escrito siempre es ficcional, lo que importa es vivir la experiencia, concretar, consumar en alegría.
Hola Ridi muchísimas gracias por tu extenso e interesante comentario. Me voy a tomar el tiempo de leerlo de manera mas tranquila. Muchas Gracias