México no es la excepción. Como en muchas otras partes del mundo, México ha sido objeto de innumerables casos de avistamiento de Ovnis.
El 29 de julio de 1977, tres objetos no identificados, símiles a “bolas de fuego” sobrevolaron varias regiones del país.
Al mismo tiempo, en las Sierras de Puebla comenzó a circular un importante rumor. Las noticias corrían de boca en boca. Uno de los OVNIS, había explotado en el aire para después diseminar sus restos en una enorme cantidad de trozos humeantes, dispersos por la toda región.
[the_ad id=»5010″]Los ovnis de Puebla
El 29 de julio de 1977, varias personas alrededor de las 7 de la mañana declararon observar entre diez y trece luces que viajaban de sur a norte del estadio Azteca hacia la Ciudad Satélite.
[the_ad id=»5012″]También observaron el fenómeno, un grupo de estudiantes (aspirantes a la Escuela Nacional de Educación Física) que se encontraban en el Palacio de los Deportes, a la espera de poder realizar su examen de ingreso.
Por su parte la torre de control del Aeropuerto de la Ciudad de México informó que el radar no había registrado absolutamente nada anormal, por lo que llevó a pensar a la prensa local, que solo se trataba de una especie de psicosis colectiva.
A partir del viernes 29 y por tres días más, los casos de avistamiento similares se repitieron en diferentes puntos del territorio mexicano.
Declaración de los Testigos
Carlos Tejada Galicia era pasante de Ingeniería Geológica. Ese día llegó cerca de las tres de la mañana, junto con su hermano menor al Palacio de los Deportes para acompañarlo a efectuar el examen de ingreso al plantel de educación física.
Cerca de las seis de la mañana observo que varias personas miraban el cielo, intrigados, dirigieron sus miradas al mismo lugar y observaron según sus declaraciones dos objetos en forma de balón de fútbol americano que volaban uno junto a otro en formación perfecta.
“Uno de ellos, relata Tejeda Calicia, estaba conformado en dos partes: la primera tenía una punta metálica en forma de cúpula y Ia segunda no podía percibirse claramente ya que era una masa de luz que desprendía una capa humeante similar a la de un reactor; iba dejando una estela blanca que se disipaba como el humo de un cigarro. Los dos objetos tenían las mismas dimensiones y su velocidad era como la doble de la que tiene un avión”, declaró el futuro ingeniero.
En el mismo lugar había alrededor de 400 personas, todos relatan descripciones similares de lo ocurrido.
Veinte trabajadores del taller de Mexicana de Aviación junto con un comandante de la misma compañía, observaron el paso de seis OVNIS que corrían de sur a norte a velocidad vertiginosa. Todos coincidían en que eran objetos de una gran luminosidad verdosa que al desplazarse dejaban una estela de luz.
Arturo Villela, empleado del aeropuerto, realizaba su entrenamiento matutino, cuando observó el paso de las tres esferas plateadas en dirección al norte de la capital.
Reportes del Aeropuerto
Las actividades en el aeropuerto transcurrían con total normalidad. Gabriel Pascoe, controlador del radar, se encontraba de turno en la madrugada del 29 de julio. Manifestó que no se había detectado ningún Objeto Volador no Identificado en las pantallas del radar.
Si admitió, que cerca de las seis de la mañana, se recibieron múltiples notificaciones de personas que reportaban la presencia de ovnis.
Sin embargo, las estaciones de Radio Aeronáutica Mexicana S.A (RAMSA), que tenía a su cargo el control de comunicaciones, radar y meteorología señalaba en el reporte del día 29: “el cruce de objetos luminosos que viajaban de este a norte”.
Según el informe, dicho avistamiento tuvo lugar a las 8 AM y se encuentra registrado en el informe de la RAMSA.
El cable número 246 B 1506 enviado por el Departamento de Operaciones de Aeroméxico en Zihuatanejo, al mismo departamento en el Distrito Federal, reza lo siguiente:
“Radio operador Hernández Moncada 11552 (5 horas tiempo local) observó tres OVNIS dirección norte a sur aproximadamente a 16,000 pies de altura; una masa brillante de tamaño grande, forma redonda, volando en línea recta con dos masas más pequeñas a sus lados, como tratando de detenerla; estas dos haciendo un giro de 180 grados regresaron a una velocidad vertiginosa punto; masa más grande produjo explosión formándose cuatro partes sin perder su tamaño, continuando su curso dejando una vía luminosa muy ancha como cola de cometa durante cinco minutos punto”.
Estos hechos fueron confirmados por el despachador TWR (Torre de Control) del ATOTNTL (aeropuerto internacional), señor Daniel Alvarez. La comunicación anterior tiene la clave «ZIHOAAM 291335» que significa lo siguiente: Zihuatanejo Operaciones Aeroméxico, 29 (julio) 13:35 horas (trece horas), que corresponden a las siete treinta y cinco de la mañana, hora en que fue enviado dicho cable de Zihuatanejo a la Ciudad de México.
La tripulación del vuelo 371 de Aerolíneas Argentinas que había despegado a las 7:56 hora local, informó que a las 9:00 horas se reportó con R.A.M.S.A. en el centro de México para informarle que en el radar aparecía un «objeto» al noroeste del Distrito Federal, sobre Oaxaca, el cual se desplazaba a una velocidad vertiginosa en el radar.
¿Cayo un OVNI en la Sierra de Puebla en 1977?
Los rumores indicaban que uno de los ovnis que cruzaron el cielo de México, tuvo una avería y se estrelló en algún lugar de las sierras norte del estado de Puebla.
Supuestamente la explosión quedó registrada en las cámaras ubicadas en una casa en donde se estaba filmando una película.
Las cámaras estaban preparadas para la filmación, cuando de pronto, uno de los asistentes advirtió que algo había explotado por el sur de la ciudad.
Uno de los presentes (Abel Salazar), que vio la filmación declaro:
“No sé si lo filmado fueron OVNIS o no, pero sí estoy seguro de que era algo muy extraño que se desplazaba a una velocidad vertiginosa. Cada esfera luminosa iba dejando atrás una estela de miles de estrellitas. Fueron filmados a las 6:10 de la mañana”.
Tengo un trozo de ovni de Puebla
La persona que tenía en su poder el fragmento del supuesto ovni es Antonio Hernández García, que mostró una lámina de aproximadamente 20 centímetros de alto por 15 de ancho.
La placa estaba muy quemada y deteriorada por todas partes. En su superficie se podía observar pequeñas gotas de metal derretido, cubierta por una especie de pintura quemada.
Análisis químico del trozo de ovni
El trozo de metal fue sometido a un análisis químico con el fin de determinar su composición. El espectrómetro detalló que la pieza estaba conformada en un 0.28% de Carbón, un 0.84% de Manganeso, un 1.13% de Silicio y un 0.77% de Cromo. También aparecieron rastros de Níquel, Molibdeno y Cobre. El resto estaba constituido por Hierro.
Se hizo también el llamado análisis de vía húmeda y se encontraron mínimos rastros de AZUFRE, lo que indica que es acero de ALTA PUREZA. Se determinó que la cáscara grisácea que cubría su superficie era óxido ocasionado por altas temperaturas, lo cual revela que la pieza estuvo a punto de fundirse.
Poco después se supo que la fórmula del acero encontrado no es usada en ninguna parte del mundo y la que más se parece, no siendo igual, es una originaria de España que corresponde a la especificación A-401-75.
Reflexión Final
El supuesto accidente ovni de Puebla, fue denominado el “Roswell Mexicano” y fue considerado por los expertos una situación difícil de explicar.
Hay muchas preguntas que aún continúan sin respuesta. Si la prueba del metal, fue implantada, como un pueblo alejado podía producir un metal con esas características.
Nunca se pudo comprobar el origen del metal y solo dejo un sinfín de preguntas sin responder.
¿Qué fue lo que se estrelló en las Sierras de Puebla? ¿Qué fue lo que vieron los cientos de testigos? ¿El metal, era solamente un pedazo de chatarra espacial?
Sea como sea, el final es siempre un misterio. Aquellos que creen, están seguros de que lo ocurrido la mañana del 29 de julio fue el accidente de un platillo volador.
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