La señora Palladino provocaba todo tipo de fenómenos en condiciones sumamente rigurosas, e hizo más que cualquier otro médium para convencer a los investigadores psíquicos de que las manifestaciones físicas que ocurrían en la sala de sesiones eran reales, aunque algunas veces fue sorprendida haciendo trampa.
¿Dónde nació Eusapia Palladino?
Eusapia Palladino nació en una familia de campesinos en enero de 1854, cerca de Bari, Italia. Su madre murió al momento del parto, y su padre fue asesinado cuando Eusapia contaba solamente con la edad de doce años.
Los primeros poderes de Eusapia Palladino
Eusapia, fue centro de extraños fenómenos desde la niñez, pero sus poderes ocultos de médium se revelaron en su adolescencia.
En 1872, la esposa inglesa de un investigador psíquico italiano apellidado Damiani concurrió a una sesión en Londres. Un espíritu que se identificaba como John King se “materializó” y le dijo que en Nápoles había una médium muy poderosa que era la reencarnación de su hija, la famosa Katie King.
Inmediatamente después el espíritu presente, dio la dirección completa del lugar en que podía ser localizada está psíquica desconocida. Damiani fue allí y, para su sorpresa, encontró a Eusapia Palladino. Se transformó en el mentor de la joven y la ayudó a desarrollar sus poderes.
Primeros pasos de Eusapia en el espiritismo
El primer hombre de ciencia que declaró su fe en la autenticidad de la Palladino fue el doctor Ercole Chiaia.
Chiaia envió una carta abierta a Cesare Lombroso en 1888, después de que Lombroso, conocido psiquiatra y antropólogo criminalista italiano, escribiera un artículo en el que decía que él y sus amigos se reían del espiritismo.
En la carta Chiaia lo invitaba a Lombroso a investigar un caso especial, el de Eusapia Palladino y le contaba alguna de las virtudes de la joven.
“Ya esté atada a un asiento o firmemente cogida por las manos… atrae hacia sí los muebles que la rodean, los levanta, los mantiene suspendidos en el aire… y hace que desciendan nuevamente con movimientos ondulatorios, como si obedecieran a su voluntad. Aumenta o disminuye la altura, según su voluntad. Provoca repiqueteos en las paredes, el techo o el suelo, que tienen ritmo y cadencia…
Esta mujer se eleva en el aire, por muchas ataduras que intenten sujetarla. Parece yacer en el aire, como si estuviera en una litera, desafiando todas las leyes de la gravedad; hace que suenen instrumentos musicales —órganos, campanillas, panderetas— como si los moviera el aliento de gnomos invisibles..
¿Cuántos brazos y piernas tienen? No lo sabemos. Mientras sus miembros son sujetados por espectadores incrédulos, vemos aparecer otros miembros sin saber de dónde provienen.”
Dos años después de recibir la carta, Lombroso visitó Nápoles y aceptó una invitación para participar en una sesión con la Palladino, en la cual quedó muy impresionado.
Como resultado de sus experiencias con la médium, Lombroso dedicó muchos años a la investigación de lo paranormal. Llegando a publicar libros que demuestran que, a fin de cuentas, llegó a creer que los espíritus de los muertos eran los que producían los fenómenos mediúmnicos.
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Eusapia y la Comisión de Milán
En 1892 un grupo de investigadores que es conocido como “la comisión de Milán” realizó 17 sesiones con Eusapia Palladino, publicaron un informe que, en parte, decía:
“Es imposible contar la cantidad de veces que una mano apareció y fue tocada por uno de nosotros. Basta decir que la duda ya no era posible. Era sin duda una mano humana viviente lo que vimos y tocamos, mientras al mismo tiempo el torso y los brazos de la médium estaban a la vista y sus manos eran sujetadas por los que se encontraban a su derecha y a su izquierda.”
A diferencia de otros médiums, la Palladino se sentaba de frente a sus “invitados”. Empleaba un gabinete que, según decía, ayudaba a producir algunos fenómenos.
Tanto cuando ella y sus investigadores se sentaban en la oscuridad como cuando había luz suficiente para verla con claridad, siempre permitía a los testigos que la ataran o sujetarán firmemente a la silla.
Entre los integrantes de la comisión de Milán figuraba Charles Richet, profesor de fisiología de la facultad de medicina de París, quien se transformó en uno de sus principales partidarios.
Realizó más de 100 sesiones con ella y, dado que se trataba de uno de los más importantes investigadores psíquicos de Europa, se hallaba en situación inmejorable para emitir un veredicto acerca de los poderes psíquicos de Eusapia, veredicto que fue favorable.
El profesor Richet introdujo varios controles en sus experimentos con la Palladino para impedirle que hiciera trampa. En Su libro Treinta años de investigación psíquica (1925) habla de una mesa fabricada especialmente para sus sesiones:
“Las patas estaban en punta, para que fuera difícil levantarla con el pie… Pensamos que era demasiado pesada (20 kg), pero la probamos esa misma noche. En cuanto Eusapia tocó con la punta de los dedos la pesada mesa, ésta se inclinó, giró y sin que nadie tocara las patas se elevó quedando completamente separada del suelo.”
La Mesa Espiritista
Las mesas desempeñan un papel importante en los relatos acerca de las habilidades mediúmnicas de la Palladino.
- Foa, profesor de anatomía patológica de la Universidad de Turín, y un grupo de hombres de ciencia en el que se contaba un tal doctor Arullani, realizaron una serie de sesiones experimentales con la médium. En una de esas sesiones, ella les aconsejó que no tocaran ningún objeto que hubiera levitado, ya que podría escapar a su control y alguien podría hacerse daño.
Inmediatamente, una de las mesas que había en la habitación quedó flotando en el aire sobre la cabeza del profesor Foa; luego volvió al suelo, donde rebotó y volvió a apoyarse en sus patas. En ese momento el doctor Arullani se acercó a ella, pero según dice el informe redactado por los científicos:
“El mueble, moviéndose violentamente en dirección a él. lo rechazó; el doctor Arullani cogió la mesa, a la que se oyó crujir en la lucha… la mesa, pasó detrás de la cortina… El profesor Foa la vio volcarse y apoyarse en uno de sus lados, mientras una de las patas se salía violentamente, como si alguna fuerza la arrancara.
En ese momento, la mesa salió violentamente del gabinete y continuó rompiéndose ante la mirada de todos los presentes. El doctor Arullani… fue invitado por la médium a acercarse al gabinete. Apenas había llegado allí cuando sintió que lo golpeaban unos trozos de madera y manos; todos oímos el ruido de los golpes.”
Sesiones en la Society for Psychical Research
En 1895 la Palladino, que ya había sido investigada muchas veces, visitó Inglaterra, donde ofreció una serie de sesiones en Cambridge para la Society for Psychical Research (SPR). Esto sucedió después de que dos de los socios fundadores de dicha entidad asistieron a algunas sesiones suyas en casa del profesor Richet, y redactaran informes favorables.
En Cambridge, uno de los testigos fue el doctor Richard Hodgson, quien sospechaba que Eusapia Palladino siempre hacía trampas. Aunque se suponía que él debía controlar sus movimientos, deliberadamente bajó la guardia… y la Palladino hizo trampa.
La SPR denunció el fraude, pero los investigadores europeos no se dejaron impresionar por este “descubrimiento”. Sabían que la médium usaba trucos si se le daba la oportunidad, y ya lo habían dicho en sus Informes.
Los humores de la médium Palladino
Camille Flammarion, destacado astrónomo francés, fue otro de los que investigaron a la Palladino. Informó que durante una de las series de sesiones que organizó, la médium se puso muy irritable y los fenómenos se volvieron destructivos:
“El sofá se adelantó cuando ella lo miró, y después retrocedió ante su aliento; todos los instrumentos cayeron desordenadamente sobre la mesa; la pandereta se elevó casi hasta la altura del techo; los cojines tomaron parte en el juego, tirando Io que había sobre la mesa; un participante se cayó de su silla. Una pesada silla de nogal, con el asiento tapizado, se elevó en el aire, aterrizó en la mesa haciendo mucho ruido y después siguió su camino…”
Un nuevo veredicto sobre los poderes de Palladino
Eusapia Palladino continuó creando fenómenos psíquicos convincentes para los investigadores europeos y, finalmente, la SPR decidió volver a abrir el caso. En 1908 envió a un grupo de tres personas a Nápoles para que asistieran a sus sesiones.
Esta vez los integrantes enviados eran probablemente los más escépticos de todos los investigadores de la SPR: Everard Feilding, Hereward Carrington y W. W. Baggally.
Los tres hombres llegaron a la conclusión de que los fenómenos que presenciaron (levitación, movimientos de objetos, aparición de luces, golpeteos y formas materializadas) se debían a algún agente al que denominaron como totalmente diferente de la mera destreza.
En total presenciaron once sesiones, pero al concluir la sexta sesión celebrada en una habitación del Hotel Victoria de Nápoles, Feilding escribió:
“Por primera vez, tengo la convicción absoluta de que nuestra observación no es errónea. Me parece un hecho importante el haber visto salir manos y cabezas de una cortina vacía y, detrás de esa cortina vacía, el haber rozado unos dedos vivientes provistos de uñas.
He visto a esa mujer extraordinaria, sentada fuera de la cortina, con las manos y los pies sujetos por mis colegas, de modo que yo los viera, inmóvil. Salvo por un estremecimiento ocasional de los miembros, mientras algún ente que estaba detrás de la cortina estrechaba mi mano una y otra vez en un lugar claramente fuera de su alcance.”
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Pequeñas trampas que marcan la vida
Sin embargo, un año después Eusapia Palladino fue sorprendida nuevamente haciendo trampas, esta vez en los Estados Unidos.
Eusapia residió varios meses en América en 1909 y 1910, e impresionó a muchos investigadores. Pero en una de sus sesiones un hombre se las arregló para deslizarse detrás de la cortina del gabinete y desde esa privilegiada situación asegura que vio que la Palladino había sacado el pie del zapato y con un atlético movimiento de la pierna hacia atrás, alcanzaba y acercaba con los dedos del pie una guitarra que se encontraba sobre la mesa del gabinete.
En otra sesión en Estados Unidos, un prestidigitador que se escondió bajo la mesa la sorprendió en un engaño. Pero otro mago teatral, Howard Thurston, declaró que las levitaciones de la mesa que ocurrieron en su presencia “no se debían a un fraude y no ocurrieron con la ayuda de sus pies, rodillas o manos”.
Obligada por los escépticos
El hombre que la invitó a visitar los Estados Unidos fue Hereward Carrington, uno de los tres investigadores que la SPR envió a Nápoles. Después del infausto episodio norteamericano, observó:
“Prácticamente todos los comités científicos la sorprendieron tratando de hacer trampas, pero todos, también, terminaron sus investigaciones muy convencidos de la realidad de esos fenómenos, salvo el de Cambridge y el norteamericano, que la denunciaron”.
Eusapia nunca negó que a veces hacía trampa. Explicó que cuando estaba en trance podía ser obligada a hacer trampas por los escépticos que estaban en la sesión.
Sin embargo, sus defensores argumentan que algunas de las “denuncias” podrían ser resultado de errores por parte de los observadores, más que de trampas, conscientes o inconscientes, de Palladino.
En sus sesiones era corriente la aparición de objetos parecidos a miembros que parecían surgir de su cuerpo, aun cuando sus manos y sus pies estaban sujetos. Quizá, dicen sus defensores, sus detractores vieron estas extrusiones protoplasmáticas —llamadas seudópodos— y las confundieron con los pies de la médium.
Materialización de formas humanas
Sea cual sea la verdad acerca de estos fenómenos, hay otro aspecto del trabajo de Eusapia Palladino que nunca fue cuestionado: en muchas de sus sesiones se materializaban formas de tipo humano o partes de cuerpos. A veces eran claramente visibles, y a veces podían ser palpadas, a través de la cortina del gabinete, por los investigadores.
El profesor E. Morselli y ocho investigadores más tuvieron una memorable experiencia con este fenómeno en una sesión en Génova, el 10 de marzo de 1902.
Morselli examinó a la médium y después la ató a un catre de campaña, de forma tal que no pudiera escapar. Con bastante buena luz, él y los demás presentes vieron aparecer seis fantasmas. Cada vez, en cuanto la figura materializada retornaba al gabinete. Morselli fue hasta allí y encontró a la médium atada, tal como la había dejado.
El profesor Richet también atestiguó los poderes de materialización de la médium: «Más de 30 hombres de ciencia muy escépticos quedaron convencidos, después de largas comprobaciones, de que su cuerpo emitía formas materiales con apariencia de vida».
En una sesión realizada el 16 de junio de 1901, a la que concurrió el doctor Joseph Venzano, se materializaron varias manos fantasmales que tocaban a los presentes. Finalmente, cogieron las manos de Venzano:
“Cuando mi mano, guiada y alzada por otra mano, encontró la forma materializada, tuve inmediatamente la impresión de estar tocando una frente ancha. en la parte superior de la cual había una cantidad de cabello bastante largo, espeso y muy fino
Entonces, mi mano era conducida gradualmente hacia arriba, entró en contacto con una nariz un poco aguileña y más abajo con un bigote y un mentón con barba en punta.
Desde la barbilla la mano fue elevada un poco hasta que, al llegar a la altura de la boca abierta, fue empujada con suavidad, y mi dedo índice, siempre dirigido por la mano que me guiaba, entró en la cavidad de la boca, donde fue obligado a rozar el arco dental superior, en el extremo derecho faltaban cuatro molares”.
Para sorpresa, el doctor Venzano reconoció en esta materialización a un pariente muy querido que había muerto unos años atrás. Pero no estaba seguro de qué muelas le faltaban. Cuando lo averiguó más tarde, descubrió que coincidían exactamente con los huecos en la boca del fantasma.
Reflexión Final
Eusapia Palladino fue una mujer diferente. A pesar de que la mayor parte de quienes investigaron estaban convencidos de que tenía poderes genuinos, la “denuncia” norteamericana terminó con su carrera internacional.
Durante los ocho años siguientes, hasta su muerte en 1918, casi no se volvió a hablar de ella, pero se sabe que continuó provocando la aparición de fenómenos físicos en sesiones realizadas en su país.
Muchos escépticos de la época fueron convencidos por sus poderes y la magnificencia de sus sesiones
Hasta el día de hoy, Eusapia Palladino sigue siendo un enigma, y se siguen discutiendo sus manifestaciones.
Pese a todo, es indudable que fue un personaje destacado de la época y tuvo una enorme importancia histórica para la investigación psíquica del siglo XX.
Y también podríamos decir que fue la médium más grande de los tiempos modernos.
