Ronald Mackenzie, se encontraba como todos los días trabajando en su catamarán, cuando sin quererlo hizo un hallazgo sin precedentes en las profundidades del lago Ness.
Descubrió una misteriosa masa de más de 10 metros de largo a unos 170 metros de profundidad.
Mackenzie, quien dirige Cruise Loch Ness asegura que la mítica criatura del lago Ness vive en las profundidades.
«Creo que hay algo en el lago que nadie sabe qué es, ya sea una gran anguila o un esturión o un pez grande de algún tipo, o incluso Nessie», afirmó.
El hombre de 49 años agrega: “Era un día un poco aburrido y solo teníamos 12 pasajeros. Estábamos en nuestro punto medio de Invermoriston, donde damos la vuelta. En ese lugar la profundidad del lago es de 189 metros.”
“He estado en el lago desde que tenía 16 años y nunca había visto algo así. Tenemos un sonar real de última generación en el nuevo barco. No miente. Captura lo que hay”.
“Todos los puntos más cercanos a la superficie (que se observan en la fotografía) son cardúmenes de trucha ártica y más abajo hay truchas ferox, por lo que te da una buena idea del tamaño de esta gran forma de media luna.
Craig Wallace, destacado experto en sonar, describió la imagen como «100% genuina».
El especialista sénior en aplicaciones de robótica marina dijo: “Creo que los grandes esturiones entran en el lago Ness. Puede ser un esturión o un pequeño cardumen de peces.
El experto en Nessie Steve Feltham, quien ha establecido un récord mundial por la vigilia más larga de búsqueda del Monstruo del Lago Ness, dijo que la imagen del sonar de Ronald era la evidencia «más convincente» de la existencia de la criatura legendaria que había visto.
Además, agrego: “Es muy emocionante. Conozco a Ronald Mackenzie desde hace 30 años. Es un chico de las Highlands que no busca publicidad y se aleja de las fantasiosas teorías de Nessie.”
El Registro Oficial de Avistamientos de Monstruos del Lago Ness ha aceptado ocho avistamientos en lo que va de año.
Entre los avistamientos más famosos se encuentra una fotografía tomada en 1934 por el coronel Robert Kenneth Wilson, que luego fue expuesta como un engaño.
