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Reyes europeos comían momias del Antiguo Egipto

Esta extraña tendencia comenzó en la Edad Media, durante el siglo XII, debido a que creían que los cuerpos momificados tenían poderes curativos.

Si bien el título de este artículo se parece más a una historia de terror, hubo una época en donde los europeos de alto extracto social (y no tanto) se comían las momias de ciudadanos del Antiguo Egipto.

En un principio se creía que esta rara práctica ayudaba a curar enfermedades, pero después se convirtió en un hábito, al parecer, adictivo.

La obsesión por los muertos del Antiguo Egipto comenzó en plena Edad Media. Ya por el siglo XII, los boticarios molían restos humanos llegados de Egipto porque creían que tenían propiedades medicinales de otro mundo.

La idea, tomó tanto fuerza y se extendió tanto que las momias fueron recetadas como medicamentos durante los siguientes 500 años.

El producto llevaba el nombre de Mumia y estaba creado a partir de cuerpos embalsamados.

Mumia
Mumia fue un medicamento producido a partir de los restos de cadáveres embalsamados Fuente: Wikimedia

Las personas compraban el polvo de cadáveres egipcios en las boticas, como si hoy cualquiera de nosotros iría a la farmacia a comprar una aspirina.

De hecho, se convirtió en una de las medicinas más vendidas de la época. Ricos y pobres estaban convencidos de que podía curar enfermedades mortales.

Los doctores de la época solían recetar cráneos, huesos y carne de momias pulverizados como un excelente antídoto para el dolor de cabeza y las inflamaciones.

Según explica el profesor Marcus Harmes, de la Universidad de Southern Queensland; “La fe en que las momias podrían curar enfermedades llevó a que, durante siglos, las personas ingirieran algo que sabía horrible”, explica el investigador.

Venta-momias
Podemos observar un vendedor callejero de momias en Egipto en 1875 – Félix Bonfils / Wikimedia

Además, agregó: “En un mundo sin antibióticos, los médicos recetaban cráneos, huesos y carne triturados para tratar enfermedades, desde dolores de cabeza hasta reducir una hinchazón o curar la peste”.

El rey Carlos II de Inglaterra tomó medicamentos elaborados con cráneos humanos después de sufrir una convulsión y, hasta 1909, los médicos solían usar las cabezas para tratar afecciones neurológicas”, explicó Harmes

La demanda llegó a ser tan alta que hubo médicos que comenzaron a falsificarlo utilizando cuerpos de campesinos muertos en Alejandría, en 1564

Continua Harmes, “Como De la Fontaine, otros médicos tampoco pensaban que las momias secas y viejas fueran la mejor medicina. En realidad, muchos de estos pensaban que era mucho mejor usar carne y sangre frescas porque tenían una vitalidad de la que carecían los muertos”.

Marcus Harmes destaca que comer “cuerpos embalsamados parecía una medicina apropiada para la realeza, ya que los médicos afirmaban que mumia se hacía a partir de los faraones. La realeza se comía a la realeza”.

Paul Dominique Philippoteaux
Paul Dominique Philippoteaux examinando una momia en 1891 – Fuente: Wikimedia

Para comienzos del siglo XIX, ya nadie apostaba por este tipo de producto, aunque los restos procedentes del Antiguo Egipto seguían despertando un alto interés en la sociedad victoriana de Inglaterra, en donde se organizaban fiestas privadas nocturnas en las que se desenvolvían cadáveres egipcios para entretenerse.

Por ejemplo, cuenta Harmes; “El anfitrión de una cena que podía entretener a su audiencia desnudando a un cuerpo embalsamado demostraba que era lo suficientemente rico como para tener una momia real”.

La emoción de ver la carne y los huesos secos debajo de los vendajes provocó que la gente acudiera en masa a estas reuniones, ya fueran en una casa privada o en la sede de una sociedad científica. Las fiestas, sin embargo, acabaron a principios del siglo XX, cuando la inevitable destrucción de los restos arqueológicos se vio como un acto lamentable.

Si me permiten realizar una pequeña reflexión sobre este artículo, es creer que la verdad como tal, está en nuestra realidad, nuestro presente. Pasan los años y nos damos cuenta que aquellas cosas que creíamos ciertas solo son un cúmulo de barbaridades.

Si bien por nuestras épocas ya nadie come una momia del antiguo Egipto, el mercado negro del contrabando de antigüedades, incluidas las momias, asciende a los 2.800 millones de euros.

El atractivo de piezas egipcias sigue siendo muy importante, si bien nadie se come una momia, hay un mercado negro muy muy importante.

  • Imperdible: Un anillo que muestra una extraña figura humanoide. Para algunos representa al dios Ptah, para otras la figura de un alienígena. El anillo del Faraón TUTANKAMON

Redacción Misterios Ancestrales

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