Misterios

El cronovisor, la máquina del tiempo del Vaticano

Esta máquina, capaz de lograr algo impensado y mágico, pudo haber existido y funcionado no hace mucho tiempo

Introducción – Audio


El Cronovisor, es el nombre que lleva esta atrapante mini historia y además es el nombre de esta máquina maravillosa, que pudo ser solamente una leyenda, un desvarío místico de algunos párrocos científicos, o una realidad, ya que hay razones para pensar que el cronovisor se hizo una vez y que sus resultados han sido fascinantes.

Es así, que, por medio de teorías fantasiosas, técnicas poco esclarecidas, una persona podría observar imágenes del pasado, como si sintonizara un programa de televisión favorito (on demand lo llamamos ahora), grabarlo en un disco óptico y reproducirlo a voluntad.

La historia del Cronovisor es sumamente fascinante, llena de dilemas y contradicciones, hasta el número de sus participantes me lleva a realizar conjeturas tal vez, del tipo curiosas.

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El número Trece 

Según nos relata la Biblia, había trece personas en la última cena de Jesucristo (Jesús y sus doce apóstoles). De aquí según la tradición cristiana, nunca deberían sentarse trece personas en una comida o cena.

La vida del músico alemán Richard Wagner parecía estar indisolublemente ligada al número 13. Nació en el año 1813. La suma de las letras de su nombre y apellido son 13. Los números de su año de nacimiento suman 13. Compuso un total de 13 óperas. Y, para nuestra sorpresa, falleció un día 13.

Para los antiguos egipcios, la vida era una búsqueda de ascensión espiritual que se llevaba a cabo en 13 etapas. Doce en esta vida terrenal y la última (13) en «la vida eterna» tras la muerte.

Para los mayas y los aztecas el número 13 era importante en la veneración a los dioses, considerado el número de los Cielos. Por lo cual era un factor importante al momento de que estos construyeran sus calendarios.

Trece han sido los participantes del proyecto, número con una importancia histórica sin precedentes.

El dispositivo milagroso

Según el Padre Ernetti, él y sus doce discípulos han podido crear una máquina, un dispositivo, que puede recoger un rastro de energía visual y sonora, dejada atrás por los hombres y sus acciones a lo largo de los siglos. Este tipo particular de energía, una vez emitida, no se destruye nunca, vaga de manera eterna por el éter.

Esta máquina podría imprimir fotografías en blanco y negro, procedentes de siglos lejanos, similares a hologramas tridimensionales. Pudiendo fotografiar en el presente, imágenes de hechos sucedidos en el pasado.

Todo era tan perfecto y prometedor que sus logros se mostraron al Presidente de la República en ese momento: Giovanni Gronchi; al Papa Pío XII y a los miembros de la Academia Pontificia.

A partir de ese momento, la historia del cronovisor y sus discípulos, cambia abruptamente, entrando en una sucesión de hechos misteriosos, oscuros y poco claros, que han empañado el supuesto descubrimiento hasta nuestros días.

Hijo yo siempre te ayudare

La Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán (UCSC), fue fundada en el año 1921, por el Padre Agostino Gemelli.

En nuestros días, la UCSC, tiene el honor de ser la universidad privada más grande de Europa y la católica más grande del mundo.

Su sede principal se encuentra en la ciudad de Milán, además de posee otros tres campos en BresciaPlasenciaCremona y Roma.

Hace poco menos de 70 años, la universidad albergaba  a grandes científicos y eruditos en diferentes materias.

El día 17 de septiembre de 1952, el sol calentaba tenuemente el laboratorio de física experimental. Allí dos científicos destacados trabajaban en sus investigaciones.

Uno de ellos, es el fundador de la universidad, el Padre Agostini Gemelli, médico y especialista en física, entre otros estudios. Además, fue rector de la misma universidad por un periodo de cuarenta años.

Junto al Padre Gemelli, se encontraba el Padre Pellegrino Ernetti, especialista en música pre polifónica y entre otros tantos conocimientos que forman su currícula, es experto en física cuántica subatómica.

Sobre la mesada central del laboratorio, yacía un magnetófono de alambre, un instrumento impreciso y delicado, debido a la frecuencia de ruptura del hilo de alambre.

En el magnetófono, la voz de una persona, la música de una orquesta, o los sonidos del ambiente, son captados por un micrófono, en ese momento podemos decir que la electricidad y el magnetismo, se funden, hacen un pacto con el sonido, transformándose en una corriente eléctrica fluctuante.

Si esta corriente eléctrica, actúa en un electroimán, sobre el cual pasa un fino hilo de alambre de acero, entonces las variaciones de dicha corriente eléctrica, producirán sobre el alambre una magnetización también variable.

Es así que, aunque parezca mágico, podemos decir que hemos realizado una grabación magnética, sobre el alambre de acero.

Realizando la operación opuesta, el magnetófono permite reproducir la grabación magnética, en forma de sonido. 

De esta manera, permitimos que el alambre pase frente al imán que posee una bobina y como el alambre está magnetizado, actúa a su vez como un imán, pero con la particularidad de que su magnetización no es homogénea, sino que, por lo contrario, está sujeta a múltiples fluctuaciones. Esto hace que en la bobina aparezcan corrientes eléctricas, las cuales una vez amplificadas actuarán sobre un altavoz, produciendo la magia del sonido.

Una canción antigua resuena entre las paredes del laboratorio, es un canto gregoriano. El Padre Gemelli, está convencido que, si logra eliminar los armónicos, puede obtener un sonido mucho más puro.

Los armónicos forman un aspecto fundamental de la música y la voz, ya que determinan la calidad o timbre del sonido.

Como ya ha ocurrido por enésima vez en el día de hoy, el hilo de alambre se corta. Entonces el Padre Gemelli, tiene que detener todo el trabajo, unir el cable roto, lo más prolijo posible y con un nudo muy pequeño, para no alterar demasiado el sonido comenzar de nuevo.

Sin embargo, hoy la paciencia del Padre, no está de parabienes, ante una nueva ruptura del hilo, el padre se para frente al aparato y estalla en una exclamación subida de tono: “¡Ah! Papá, ayúdame”.

Aunque parece un exabrupto por parte del padre, no es para nada extraño para aquellos que lo conocen. Desde la muerte de su padre, muchos años atrás, el padre usa a menudo dicha exclamación.

Con paciencia, y con la ayuda de Ernetti, ambos anudan el hilo lo mejor posible y vuelven a encender el magnetófono.

Pero para sorpresa de ambos los cantos gregorianos se dejan de escuchar y son reemplazados por una voz cálida y segura: “Por supuesto que te ayudaré. Siempre estoy contigo”.

Gemelli, detiene inmediatamente el instrumento. Mira fijamente al padre Ernetti, quien le dice que comience de nuevo la reproducción.

La voz comienza de nuevo: “Pero si, no puedes ver que soy realmente Yo”.

El padre Gemelli, trata de ignorar lo sucedido. Está consternado y minimiza lo ocurrido. Piensa que todo esto es producto de su imaginación. Quizás debido al estrés de los últimos días.

Pero el padre Ernetti, fascinado con lo sucedido comienza a elucubrar una serie de teorías de lo que ha ocurrido. 

Teorías, que en un futuro cercano, darán origen al Cronovisor.

A partir de aquí, para muchos lectores quizás entraremos en un mundo de ilusión o fantasía. Pero sin dudarlo, es allí donde conduce la investigación y pretendo ir.

Luego del hecho que cambió para siempre la vida de ambos investigadores, el padre Ernetti, ocupa gran parte de su tiempo en dirimir el principio de física clásica que postula que “la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma”. 

Es decir cada onda sonora, es energía. Cada acción que ejercemos en este mundo es energía. Cada pensamiento o palabra que emitimos, es energía. Por lo tanto todas estas acciones o hechos deben estar sometidos a las mismas leyes de la física. 

De este modo, algún dispositivo podría acceder a ondas luminosas o sonoras del pasado, recomponiéndolas y reorganizándolas en las mismas imágenes y sonidos que las habían formado en su origen.

Las ondas visibles y sonoras, producidas por acciones o eventos en el pasado no se destruyen, debido a que son forma de energía.

Este postulado fue el utilizado por el padre Ernetti y un grupo de 12 científicos para crear un aparato capaz de recuperar esa energía y recomponer los hechos sucedidos en el pasado.  Ese aparato se denominó El Cronovisor.

Cuál es la hipótesis de funcionamiento del Cronovisor

No es la idea de este documento adentrarnos en el mundo técnico/científico, por ende, esbozare una explicación más mundana de la hipótesis de funcionamiento de Cronovisor.

Cada ser humano deja un rastro doble, un sonido y una imagen, son únicos, como lo son las huellas digitales.

Entonces el objetivo es captar esos rastros mediante una serie de antenas. El procedimiento operativo sería el mismo que utilizan los astrónomos, que calculando los años luz, pueden reconstruir la apariencia de una estrella que se extinguió, dejó de existir, hace miles de años.

El sistema de funcionamiento se basa en un principio de la física, comúnmente aceptado, según el cual las ondas sonoras y visuales, una vez emitidas, no se destruyen, sino que se transforman y permanecen eternas y omnipresentes alrededor de la tierra; por lo tanto, pueden reconstruirse, como cualquier energía, ya que son energía. 
El sonido, una vez emitido, comienza un proceso de desintegración en otros tipos de ondas de sonido que el oído humano no puede oír. 
A partir de la “degradación” de este sonido, uno puede volver al sonido original, del mismo modo que a partir del material alterado, uno puede reconstruir su forma original, de acuerdo con los principios de la teoría atómica.

Como era el cronovisor

Consistía en tres elementos. El primer bloque incluía una multitud de antenas, adecuadas para capturar todas las longitudes de onda posibles e imaginables. Estas antenas estaban hechas de aleaciones que incluían todos los metales y estaban conectadas entre sí. 

El segundo bloque era una especie de selector que al parecer podría regularse para elegir una fecha determinada, una persona concreta, un rastro de energía exacto.

Una vez encontrado ese rastro de energía, el dispositivo era capaz de seguirlo, y por ende reconstruir un hecho en partículas de la persona a lo largo del tiempo.

Finalmente, la tercera parte estaba constituida simplemente por un aparato de audio que permitía grabar las imágenes y los sonidos recibidos.

Plano Cronovisor
Supuesto plano del Cronovisor

Que mostró el Cronovisor

Al parecer los ensayos comenzaron con imágenes bastante contemporáneas para la época. 

Uno de los primeros rastreos realizados con el Cronovisor corresponde a un discurso de Mussolini. Luego entusiasmados con los resultados, los participantes se animaron a adentrarse más en la historia, llegando a Francia, y tomando las imágenes de un discurso dado por Napoleon en donde anuncia la abolición de la República.

El camino estaba delante de ellos, y continuaron por él hasta la Antigua Roma, más precisamente a la época de Cicerón.

Allí llegaron a las Catilinarias cuatro discursos de Cicerón, que fueron pronunciados entre noviembre y diciembre del año 63 a. C., después de ser descubierta y reprimida una conjura encabezada por Catilina para dar un golpe de estado.

Finalmente, se detuvieron en una pequeña obra, un tipo de tragedia antigua corta, que según los historiadores se encuentra totalmente perdida. Solo se conoce por citas de diferentes autores.

Quinto Ennio es uno de los primeros grandes poetas en latín. Fue un escritor y poeta que vivió durante la República RomanaEn esa época, el latín comenzó a emerger del estado del dialecto simple para convertirse en un verdadero lenguaje literario.

Tiestes, tal es el nombre de esta pequeña obra, se representó en Roma en el año 169 aC, justo antes de la muerte de su autor, con motivo del Ludi Apollinares (eran juegos solemnes celebrados anualmente por los antiguos romanos en honor al dios Apolo) que tuvo lugar en el templo de Apolo.

Según el Padre Ernetti, se han podido reconstruir íntegramente los textos de la obra, los coros, la música. ¡Toda la obra!

Pero nuestros científicos eran fervientes creyentes y muy pronto se ilusionaron en poder observar en su flamante dispositivo las imágenes de Jesucristo.

Tal es así que unos de los primeros intentos frustrados fue la captura de la pasión de cristo, capturar la imagen o escena de Cristo en la cruz. Al parecer la crucifixion y el uso de la coronas de espina era un metodo de tortura muy utilizado en aquellos dias, por lo que resulto imposible aislar un evento energetico en particular.

Es así, que los sacerdotes retrocedieron su máquina mágica hasta el día de la Última Cena, obteniendo la imagen correspondiente. Estaban en el año 36 de nuestra era y las escenas se tomaron entre el 12 y el 14 de enero de 1956.

Representación de la Ultima Cena

Hemos visto todo: la agonía en el Jardín de los Olivos, la transformación de Judas, el juicio, el Calvario. Vimos el ascenso al Calvario, el Vía Crucis. La piedad medieval”, dice el Ernetti

“Hemos visto también que Cristo nunca se cayó, ni cargó toda la cruz, habría sido demasiado pesado, solo llevaba la barra transversal horizontal atada a los hombros, el patíbulo.  Sus pies estaban atados a los de los otros dos convictos que fueron crucificados con él”, agregó.

Existe algún rastro de estas imágenes

Según los sacerdotes todo fue meticulosamente filmado y documentado. Y esa filmación y documentos fueron los que le presentaron más tarde al Papa Pío XII, lugar donde también estuvieron presentes el Presidente de la República, el Ministro de Educación, y los miembros de la Academia Pontificia.

Poco tiempo después el proyecto llegó a su fin. Algunos dicen que el cronovisor se desmantelo. Otros dicen que se encuentra oculto en el Vaticano e incluso continúa funcionando.

De los supuestos trece participantes, sólo los referentes principales mencionados en esta historia, hablaron sobre el cronovisor. Pero luego a pedido de la Santa Sede se llamaron a silencio de por vida.

Muchos años después en diferentes entrevistas realizadas al Padre Ernetti, se negó a hablar del tema, pero sí afirmó la existencia y veracidad de sus estudios.

La foto de la discordia

El 2 de mayo de 1972 el semanario italiano Domenica del Corriere, revelaba un hecho que causó singular expectativa por el carácter de la noticia que involucraba al Vaticano y a un secreto que podría cambiar todo lo conocido.

El medio periodístico titulaba: “Inventada la máquina que fotografía el pasado” y obtenía las declaraciones del principal inventor, Marcello Pellegrino Ernetti.

semanario italiano Domenica del Corriere
semanario italiano Domenica del Corriere

El padre Ernetti no quiso explicar cómo funcionaba el Cronovisor, pero aseguró haber obtenido fotografías de las tablas de la ley, la destrucción de Sodoma y Gomorra, un discurso de Mussolini y la crucifixión de Cristo, entre otros acontecimientos de la historia.
Según la información, el Papa Pío XII habría controlado el proyecto desde el principio, aunque estaba catalogado como secreto de Estado.

Los datos señalan que el proyecto fue cancelado por el Vaticano, pero no destruido, el Cronovisor y sus planos se encontrarían custodiados en la Santa Sede.

En una entrevista que concedió el sacerdote Ernetti responde ante las preguntas del periodista:


– ¿Sigue usted manteniendo, a pesar de los años, que todavía posee el texto original de las Tablas de la Ley?
– Sí, lo tenemos. Pero no podemos develar nada. Lo siento.
– ¿ Y cuándo cree que podrá hablar, padre ?
– No lo sé. Ya sabe que hay muchas cosas que reciben el nombre de Secretos de Estado…
– ¿Del Vaticano?
– No. En todo el mundo.
– No sabe cuándo dejará de ser secreto, ¿verdad?
– Espero que pronto, pero es muy difícil. Se revelarán demasiados secretos.
– ¿Cambiaría mucho nuestra concepción de la historia del Hombre?
– Mucho. Incluso las lenguas serían irreconocibles…, apuntó el sacerdote al periodista.


El semanario también publica una supuesta fotografía de Cristo obtenida por el Cronovisor que provoca una feroz controversia.

Se acusa al padre Ernetti de falsedad, ya que la supuesta foto obtenida del cronovisor es la misma cara del Crucifijo de madera, del artista Cullot Valera, venerado en el Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza. 

La controversia se desencadena por una publicación del número 17 de la Revista de Misterios. En este número, en la sección de correspondencia editada por el periodista Sergio Conti, se publica una carta de un lector que acusa al Padre Ernetti de mistificación.

Un lector de Roma escribe una carta abierta al Padre Ernetti. Este lector declara que el rostro de Cristo apareció en Domenica del Corriere, es la misma cara del Crucifijo de madera, del artista Cullot Valera, venerado en el Santuario del Amor Misericordioso de Collevalenza (Todi). 
A la carta se adjunta una copia del santo en el que aparece la cara del crucifijo de madera.
Al lado de la imagen se publica, una copia invertida y aligerada de la imagen de Cristo que apareció en Domenica del Corriere. 

Sergio Conti, en su comentario, dice, que es un hecho, que las fotos publicadas por el Domenica del Corriere han sido entregados por el mismo periodista Padre Ernetti al editor del artículo. Pero ese hecho nunca fue comprobado.

El padre Ernetti no interviene en la controversia. Sus allegados dejan en claro que fue silenciado por sus superiores, bajo la presión de las autoridades eclesiásticas del Vaticano.

Sergio Conti, en su respuesta, pone en duda que se haya presentado evidencia sobre la posibilidad de grabar imágenes del pasado (el regreso a los medios de comunicación hubiera sido inmediato). 
Conti también se refiere a la foto de Cristo que apareció en Domenica del Corriere, esto es lo que escribió:
«Personalmente, no conozco al padre Ernetti, así que no puedo permitirme ningún juicio sobre su persona, pero sobre los hechos puedo expresar una opinión. Hasta este momento en esta «máquina que fotografía el pasado» tenemos solo una gran cantidad de «décimos», pero no hay evidencias concretas. El único hecho oficialmente divulgado por la prensa y avalado por él como prueba, resultó ser un falso colosal. Me refiero a la imagen del rostro de Cristo que el padre Ernetti entregó a los periodistas que declararon haberlo obtenido con su «máquina».

Finalmente (y mucho después) el padre Ernetti emite una respuesta. De hecho, en una carta escrita en noviembre de 1990, cuatro años antes de su muerte, los religiosos reiteraron sus distantes declaraciones con términos inequívocos.
«La máquina del tiempo es una verdad sacrosanta«, escribe. 

 En esa carta, el padre Ernetti entra en el mérito de la cuestión de la imagen de Cristo, por lo que fue acusado de mistificación, escribiendo: «Nuestro Cristo fue capturado en 1953, mientras que el de Collevalenza se realizó unos seis años después«.  

En un pasaje de su libro, “Los muertos nos hablan” el Padre Francois Brune recuerda que un día fue a ver al padre Pellegrino y sin rodeos, a riesgo de sonar duro y grosero, le preguntó acerca de esta campaña de prensa dura que le atribuyó la difusión de una imagen falsa de Cristo. Aquí está la respuesta del Padre Pellegrino:

“El crucifijo en cuestión es obra de un escultor español. El mismo fue realizado según las indicaciones de un religiosa española.  Esta religiosa, Madre Esperanza, tuvo experiencias místicas. 
Estaba estigmatizada y, como la mayoría de los estigmatizados, no solo revivió los episodios principales de la pasión de Cristo, sino que al mismo tiempo tuvo visiones”.

Lo que sí no podemos negar es el parecido entre las dos imágenes.

El padre Brune, no contento con la respuesta, prosigue ¿Por qué este silencio? ¿Por qué no respondiste a todos los que pidieron explicaciones sobre este tema? 
“El hecho es que no soy libre. Ya he hablado demasiado. Tuve el impedimento absoluto de mis superiores para dar nuevas explicaciones, responder a las acusaciones, reafirmar la realidad del cronovisor y los resultados logrados. Ni siquiera puedo decir que son mis superiores los que me impiden hablar; porque entonces, la presión de los periodistas extranjeros o de los servicios secretos habría sido ejercida sobre ellos. Los habría puesto en peligro”.

Reflexión Final

No cabe duda que la historia del Cronovisor roza todas las facetas, podríamos decir que: es un excelente cuento de ciencia ficción,  un descubrimiento fascinante, que el Vaticano oculta información, en realidad se podría decir un sinfín de cosas.

Con respecto a la foto presentada en el diario Domenica del Corriere  no es muy desatinado pensar en una maniobra de prensa para desprestigiar al Padre Ernetti y su historia. Hechos similares podemos ver en los medios de comunicación con bastante frecuencia.

El Padre Ernetti, nunca quiso hablar de la investigación. Como hombre de fé y acatando la estructura jerárquica de la Iglesia, aceptó la supuesta prohibición y la cumplió por el resto de sus días.

Eso sí, las pocas palabras que salieron de su boca sobre el tema, fueron para aclarar que él no mentía y que el cronovisor fue algo real.

Imaginar una máquina capaz de captar todos los hechos pasados, es sin duda algo maravilloso. Inclusive algunos aducen que también podría captar el pensamiento humano y hechos del futuro.

De ser verdad, imagina cómo puede impactar esta máquina en la sociedad, en el día a día. En el poder de aquel que la posea.

Zechara Setchin, en sus libros de «Crónicas de la Tierra», hace referencia a las llamadas Tablillas del Destino, que se encontraban en poder de los Dioses Anunnakis. Estas tablillas permiten conocer todos los hechos pasados y futuros.

Aquel Dios que poseía las tablillas del destino, controlaba el mundo y las acciones que sucedían en él.

Quizás esto puede ser algo similar. O quizás el Padre Ernetti, ha sufrido algún tipo de desequilibrio mental, que lo ha transportado al mundo fantástico, en donde con el pensamiento uno puede llegar a lugares inexplicados. 

Como dato final en marzo de 2000, se publicó en los Estados Unidos un libro sobre el padre Ernetti, escrito por Peter Krassa, titulado «La crónica del padre Ernetti: la construcción y desaparición de la primera máquina del tiempo«. 
Este libro contiene un testimonio del Prof. Giuseppe Marasca. De hecho, él mismo declara haber recibido el texto completo de la obra Thyeste de las manos del Padre Ernetti. 

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Cesar Bugari

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