Desde tiempos inmemoriales, las historias de dioses y deidades han cautivado la imaginación de la humanidad, pero pocas tan intrigantes como la del enigmático Atum, el dios creador de la mitología egipcia.
En esta fascinante exploración, te invito a adentrarte en el misterioso mundo del antiguo Egipto, donde las aguas primordiales del Nun dieron origen al universo y al dios Atum.
Prepárate para descubrir los secretos ocultos y las leyendas que envuelven a este poderoso dios y la impactante forma en que emergió del caos primordial para dar vida a todo lo que conocemos.
Si aún no lo leíste, te recomiendo leer la parte inicial de esta historia: Atum: el enigmático dios creador y su misteriosa aparición
El concepto del Nun
El Nun es un elemento fundamental en la mitología egipcia y representa el caos primordial e infinito que existía antes de la creación del mundo.
Se describe como un vasto océano oscuro y sin forma, una extensión de agua primordial que contenía todas las posibilidades y potencialidades del universo aún por manifestarse.
Las aguas del Nun simbolizan el estado indiferenciado y latente de la materia antes de la creación, y el origen de toda la vida y existencia.
El surgimiento de Atum
El momento en que Atum emerge de las aguas primordiales del Nun es crucial en la cosmogonía egipcia, ya que marca el inicio de la creación y el establecimiento del orden en el universo.
Según la leyenda, Atum surgió espontáneamente de las aguas del Nun en un acto de autogeneración y voluntad divina.
Su aparición en el Nun fue un evento misterioso y milagroso que dio lugar a la existencia de todos los elementos, seres y dioses en el universo.
La colina primordial Benben
La colina primordial Benben es un elemento fundamental en la mitología egipcia y tiene un papel crucial en el mito de la creación de Atum.
Situada en el antiguo Egipto, Benben representa el primer trozo de tierra que emergió de las aguas primordiales del Nun, el caos oscuro y sin forma que existía antes de la creación del universo.
El nombre «Benben» proviene de la raíz egipcia «ben», que significa «ascender» o «elevarse». La colina Benben simboliza la elevación de la materia desde el caos primordial hacia un estado de existencia y orden, marcando el inicio de la creación del mundo.
En términos de apariencia, la colina Benben es descrita como una pequeña montaña o montículo de tierra, cuya cima se asemeja a una pirámide o un obelisco. Esta forma piramidal puede estar vinculada a la creencia en la importancia del sol en la cosmogonía egipcia, ya que la colina Benben era considerada el lugar donde el sol nacía y se ponía cada día.
La colina Benben está estrechamente relacionada con el dios Atum, quien surgió de las aguas primordiales del Nun y se posó sobre Benben en un acto de autogeneración.
Atum comenzó entonces la creación del universo, dando vida a los demás dioses y a todo lo que existe a través del poder de su pensamiento y palabra.
En la cultura egipcia, la colina Benben era un símbolo de gran importancia y veneración. En el Templo de Atum en Heliópolis, se encontraba una piedra sagrada conocida como la «Piedra Benben», que simbolizaba la colina primordial y se creía que era el lugar donde el dios Atum residía.
La forma de esta piedra sagrada pudo haber inspirado la construcción de obeliscos y pirámides, que también eran considerados lugares de conexión entre la tierra y el cielo.
El papel de Atum en la creación del universo
El surgimiento de Atum de las aguas primordiales del Nun y su posterior aparición en la colina Benben establecen su papel central en la creación del universo.
Atum es considerado como el dios creador que, a través de su pensamiento y palabra, dio vida y existencia a todos los elementos, seres y dioses en el cosmos. Su poder y autoridad en la creación y el mantenimiento del orden en el universo son inigualables, y su legado se extiende a través de generaciones de dioses y mortales en el antiguo Egipto.
Pequeña Reflexión Final
El surgimiento de Atum de las aguas primordiales del Nun es un evento clave en la mitología egipcia y la cosmogonía. Su aparición marca el inicio de la creación y el establecimiento del orden en el universo, y su legado como dios creador y fuente de toda existencia sigue siendo un tema central en la mitología y la espiritualidad egipcia.