Los científicos, las películas de ciencia ficción y fantasía, sitios de internet, todo el mundo ha buscado una explicación consistente para explicar la extinción de los dinosaurios.
Los dinosaurios desaparecieron de la Tierra, debido a la caída de un meteorito, para otros se debió al llamado Suicidio Colectivo, o la Teoría de Degeneración Racial o al brote de un virus mortal.
[the_ad id=»5014″]Las teorías abundan, pero hay varias preguntas que ni siquiera se han podido hacer y mucho menos los científicos han intentado responder.
Si los dinosaurios reinaron sobre la tierra entre 160 y 180 millones de años, y en todo ese tiempo fueron la forma de vida dominante… ¿Por qué en todo el tiempo que ha pasado, desde su extinción, nada ha vuelto a evolucionar al tamaño de las bestias desaparecidas?
Si tales tamaños, fueron los seleccionados por la evolución durante más de un centenar de millones de años, entonces una pregunta sencilla sería: ¿Por qué los elefantes o rinocerontes no evolucionaron en tamaño, como lo hicieron los dinosaurios?
¿Qué tipo de problema tendría el tamaño de la especie en nuestro mundo actual? ¿Algún aspecto de nuestro entorno tendría que ser enormemente diferente para que existan tales criaturas?
Te propongo emprender un estudio cuidadoso sobre el porte de estas criaturas y lo que se necesitaría para poder lidiar con semejante tamaño en nuestro mundo actual.
Es por ello que me animo a postular, que estas bestias prehistóricas del pasado no podrían haber vivido en el Planeta Tierra, o por lo menos en el Planeta Tierra que conocemos hoy en día.
Primera anomalía. Los Dinosaurios y la gravedad
Quien no ha visto la película Jurassik Park o Jurassic World. Ambas películas no podrían ser factibles en nuestro mundo actual.
Pero no porque no se pueda revivir a los dinosaurios mediante manipulación genética, sino porque dichos animales no serían capaces de subsistir en nuestro planeta con las condiciones de gravedad imperantes.
Pero si esta teoría, te parece disparatada, piensa en los elefantes. Los elefantes no pueden darse el lujo de caerse, debido a que la más leve caída puede resultarles mortal, rompiendo sus huesos y sus tejidos.
Por otro lado, ¿has visto a un elefante correr? Los elefantes son simplemente muy pesados para correr en nuestro mundo. A lo sumo logran una caminata rápida, que será interrumpida por cualquier imperfección en el suelo.
Usain Bold no podría pesar 500 kilogramos
¿Tú crees que Usain Bold pudiera haber sido el mejor corredor del mundo con un peso de 500 kilogramos?
El Utahraptor, es un dinosaurio de aproximadamente 500 kilogramos de peso y unos 6 metros de altura.
Esta pequeña criatura (para la época) aparentemente corrió sobre sus dos patas traseras, apoyado en dos dedos, ya que el tercero era una garra utilizada para destripar a sus presas. Esto sugiere un estilo de vida muy activo. Muy pocos depredadores parecen haber nacido para atacar presas más grandes que ellos; el Utahraptor pudo haber sido la excepción.
En nuestro presente, no existe ningún depredador terrestre con ese peso, salvo el oso Kodiak de andar pesado y gesto cansado.
Pararse con más de 50 toneladas
El nombre del Ultrasaurus viene del latín y significa “ultralagarto”. Vivió en el periodo Cretácico hace aproximadamente 100 millones de años en Asia.
Se cree que medía hasta 30 metros y llego a pesar hasta 50 toneladas.
La gran pregunta que nos realizamos es como un animal de 50 toneladas, puede ponerse de pie y caminar por la superficie. ¿Cómo debía ser su masa muscular?
Uno podría pensar, de manera rápida, que la calidad del tejido muscular de los dinosaurios era mejor que el de los humanos. Pero sin embargo este pensamiento se sabe que no es exacto.
Según Knut Schmidt-Nielson (1), el estrés o la fuerza máxima que puede ejercer cualquier músculo es independiente del tamaño del cuerpo y es el mismo para el músculo de un ratón o del elefante.
También podríamos pensar que su metabolismo muscular era mucho más eficiente que el de nosotros, los humanos. O mejor dicho que el de los mejores atletas de elite.
Pero las evidencias demuestran que esto no es así. A medida que las criaturas se vuelven más voluminosas, se vuelven menos eficientes.
Vivir con un super cuello
Los saurópodos eran dinosaurios de enormes proporciones, los cuales exhibían un característico cuello largo, una cabeza pequeña, patas gruesas y una cola robusta. Sus cuellos promediaban 5 metros de largo.
¿Pero cómo hubiera llegado la sangre a su cerebro? Pues dar respuesta a esta simple pregunta, aún continúa siendo un dilema.
Para tratar de dar una explicación coherente a esta pregunta, debemos pensar en el animal actual con el cuello más largo erguido.
McGowan (3), afirma que la presión arterial de una jirafa ronda los 200 a 300 mmHg y es mucho más elevada que la de cualquier otro animal.
Dicha presión sanguínea, es mantenida por un corazón enorme, de unos 12 kilogramos de peso y un tamaño de 60 centímetros. Gruesas paredes arteriales y una piel extremadamente apretada que actúa como compresa. Con todas estas características, la cabeza de una jirafa podría llegar a los 6 metros de altura.
Tomando la premisa anterior, como podríamos explicar la irrigación sanguínea del cerebro, en un saudopodo de 15 metros de altura.
Por lo tanto, un Barosaurus, cuya altura promediaba los 12 metros, debe haber generado presiones arteriales, al menos seis veces mayores que las de los humanos y de tres a cuatro veces superiores a las de las jirafas. (2)
El geólogo Peter Dodson de la Universidad de Pensilvania, aclara que la estructura de un saudopodo es muy diferente a la de una jirafa.
«En la base del cuello las espinas vertebrales de un saurópodo, a diferencia de las de una jirafa, eran débiles y bajas. No proporcionaban palanca para los músculos necesarios para elevar la cabeza en una posición alta.
Además, la presión sanguínea requerida para bombear sangre hacia el cerebro, treinta pies o más en el aire, habría impuesto exigencias extraordinarias al corazón y aparentemente habría puesto al animal en grave riesgo de sufrir un derrame cerebral, un aneurisma u otro desastre circulatorio». 4
McGowan afirma que la cabeza y el cuello estaban soportados por un ligamento dorsal y no por músculos. Actualmente no se conoce ningún ser vivo que use ligamentos en lugar de musculatura para sostener su cuello o cabeza.
Con los cual podríamos afirmar que, en nuestro mundo y gravedad actual, los saurópodos no podrían mantener su cabeza erguida.
Reflexión Final
Pero entonces, ¿qué cambió? Las respuestas obviamente pueden ser varias. Pero para nosotros lo que cambió, fue nuestro Planeta, su entorno y las fuerzas externas que lo gobiernan.
Es así que Ted Holden (5), propone que hay evidencia significativa para creer que las condiciones de gravedad en el pasado, no eran las mismas que las actuales.
Por ende, Holden llega a la conclusión que los super Dinosaurios de antaño, serían incapaces de vivir en nuestro mundo.
Holden especula una explicación:
“Las leyes de la física no cambian, ni la constante gravitacional, hasta donde sabemos. Sin embargo, algo era obviamente y masivamente diferente en el mundo en el que existían estas criaturas, y que la diferencia probablemente implicaba un cambio en la gravedad percibida”
¿Puede cambiar la gravedad?
La gravedad, es la fuerza con que todos los cuerpos son atraídos hacia el centro de la Tierra. Es la fuerza que mantiene todas las cosas pegadas al suelo por decirlo de una manera gráfica.
¿Puede cambiar nuestra percepción de la gravedad? La respuesta es SI. Por ejemplo, si la Tierra estaría en una órbita más cercana a un cuerpo celeste más pequeño y mucho más frio que nuestro Sol (lo que se conoce como sistema solar binario), nuestra percepción de la gravedad se vería seriamente atenuada.
Una estrella oscura puede cambiarlo todo
En el caso de existir en las proximidades de la Tierra una estrella fría, los polos de nuestro planeta siempre estarían apuntando directamente a esta pequeña estrella cercana o sistema binario.
Esta estrella, “tiraría” continuamente de nosotros, otorgando al planeta una forma oval y no esférica, de manera que el centro de gravedad del planeta estaría fuera del centro de la esfera, desplazado hacia la pequeña estrella.
Esto generaría el esfuerzo de torsión necesario para contrarrestar la fuerza giroscópica natural y mantener el polo terrestre apuntado en la misma dirección que gira en torno a la estrella.
Holden continúa sugiriendo algunas de las consecuencias de tal intensa tracción gravitacional:
- Permitiría animales gigantes como los dinosaurios
- Tendería a agrupar toda la masa terrestre de la Tierra a un solo continente (Pangea)
- No habría estaciones, porque el polo de la Tierra estaría señalando a esta estrella o sistema binario
De hecho, la literatura nos indica que en los tiempos de los dinosaurios no había estaciones.
Holden especula una explicación:
«El estado del sistema solar actual indica que este sistema anterior fue eventualmente capturado por una gran estrella, nuestro Sol actual. Sin embargo, las piezas de este antiguo sistema, no han desaparecido. La pequeña estrella de influencia o sistema binario del pasado aún permanece, a pesar de que ha terminado ya su reinado de poder. «
Holden sugiere que esas estrellas pequeñas son Júpiter y Saturno, las dos principales deidades de los sistemas religiosos de la antigüedad.
Él escribe:
«No hay razón porqué adorarían como deidades a dos planetas que la mayoría de la gente ni siquiera puede encontrar en el cielo de la noche, a menos que por supuesto, esos cuerpos ocuparan un lugar mucho más destacado en los cielos que hoy en día».
El barrio donde vivo actualmente ha cambiado significativamente desde que era niño, solo han pasado 40 años (¡aunque para mi es muchísimo!!!). Porque no pudo haber cambiado nuestro sistema solar. Porque no pudo haber cambiado nuestro planeta.
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Hasta la próxima. Gracias
Bibliografía
- Knut Schmidt-Nielson autor de Scaling: ¿Por qué es tan importante el tamaño animal?
- Harvey B. Lillywhite, «Saurópodos y gravedad», Historia natural, diciembre de 1991, p. 33
- Christopher McGowan, Dinosaurios, Spitfires & Sea Dragons, Cambridge, 1991
- Peter Dodson, «Lifestyles of the Huge and Famous,» Natural History, diciembre de 1991
- Holden, Ted, «Dinosaurs and the Gravity Problem,» The Anomalist, Volumen 1
Muy buen artículo
Hola Miriam muchas gracias!!!
Creo también que no solo pudo ser un cambio en la gravedad, sino que también las concentraciones de oxígeno en la atmósfera diferían mucho de las actuales…
Hola Gonzalo, si es factible que las concentraciones de Oxigeno hayan sido muy diferentes. Gracias!!!