Ives Delage, uno de los primeros en investigar el lienzo, contaba con una excelente reputación y la ciencia no tardó en tomar el tema y tratar de encontrar una respuesta definitiva, es así que en los últimos 100 años se han venido realizando gran cantidad de intentos para descubrir el verdadero origen del lienzo.
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El Sudario de Turín a examen desde el punto de vista medico
En 1932 otro francés, esta vez un patólogo forense llamado Pierre Barbet, comenzó a estudiar la imagen desde el punto de vista médico.
El primer punto que intrigó a Barbet fue la posición de las heridas causadas por los clavos en las muñecas y no en las palmas de las manos, como se representaba tradicionalmente.
Experimentando con cadáveres, descubrió que la carne de las manos no puede soportar el peso de un cuerpo muerto y mucho menos el de un cuerpo vivo que se contorsiona. La carne se desgarraría rápidamente.
Barbet descubrió que la única forma de crucificar un cuerpo era atravesando el radio con los clavos a la altura de la muñeca, como casualmente sucedía en el sudario.
Un clavo colocado de esta manera, dañaría el nervio mediano, provocando la retracción involuntaria de los pulgares hacia la palma de la mano, cosa que también se observaba en el sudario.
Las supuestas manchas de sangre que hay alrededor de la herida del costado, muestran rastros de un líquido claro, lo que coincide con la descripción bíblica de la “sangre y el agua” que brotaron del flanco de Cristo.
La muerte por crucifixión se produce, no por la pérdida de sangre, sino a causa de la asfixia y el shock.
Debido a la posición estirada del cuerpo los pulmones quedan comprimidos; la víctima se levanta apoyándose en los clavos que sujetan sus pies y sus muñecas y consigue respirar, a costa de un dolor muy intenso.
Cada movimiento va debilitando a la víctima, hasta que finalmente no puede incorporarse y se ahoga.
Dicho ahogo provoca el depósito de mucosidad en la base de los pulmones, y Barbet pudo demostrar que una herida de lanza en el costado de un cuerpo humano, atravesaría el extremo del pulmón izquierdo, dejando drenar dicho líquido.
El informe de Barbet provocó un revuelo a nivel científico y puso en boca de todos nuevamente al sudario y los hombres de ciencia consideraron estudiarlo de manera más minuciosa.
Pero hubo que esperar varios años para poder llevar adelante nuevos estudios
Estudios más modernos realizados al sudario
Fechar adecuadamente el sudario era una tarea prioritaria, pero la utilización del método de Carbono 14, hubiera provocado una importante destrucción de una parte del lienzo.
En 1973, se invitó a dos respetados científicos europeos para que usaran métodos más ortodoxos. Uno de ellos fue el profesor Max Frei, destacado forense suizo, y el otro, el profesor Gilbert Raes, experto en tejido de la Universidad de Gante (Bélgica).
Los científicos en su informe indicaron que la imagen es totalmente superficial, por lo que solamente los filamentos superiores de la tela estaban afectados.
Frei recogió partículas de polvo para que fueran analizadas en un laboratorio, encontrando 48 tipos diferentes de polen.
La identificación de granos de polen, que sobreviven casi indefinidamente, es uno de los procesos más exactos de la ciencia forense.
El análisis demostró que la mayor parte de los granos provenía de Francia y del norte de Italia, pero siete tipos resultaron pertenecer a plantas halófilas (amantes de la sal), que suelen encontrarse alrededor del Mar Muerto y en otras zonas de Palestina.
Si bien este hecho es llamativo, no constituye una prueba concluyente sobre el origen del sudario, debido a que los granos de polen suelen recorrer grandes distancias llevados por el viento y adosados a la vestimenta de los viajeros.
Otro resultado obtenido, es que, el hilo utilizado en la confección del sudario procedía de una especie de algodón cultivado en Oriente Medio y había sido tejido siguiendo un patrón de trama cruzada, método muy costoso comparado con el de la trama lisa normal de Palestina.
Además, las hebras de hilo habían sido blanqueadas antes de la elaboración del tejido, procesamiento muy arcaico.
El Sudario, una imagen en negativo
En 1974 se produjo un importantísimo descubrimiento. El sudario constituía un negativo fotográfico.
Dos científicos de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, John Jackson y Eric Jumper, examinaron fotografías del sudario con el analizador de imagen VP-8. Lograron construir en cartón laminado un modelo tridimensional del hombre del sudario.
Este hecho, convenció a otro grupo de científicos que merecía la pena estudiar más fondo el lienzo y en 1977, se logró la autorización del ex rey Humberto para iniciar pruebas modernas no destructivas.
El 8 de octubre de 1978, el sudario fue sacado de su lugar y trasladado al Palacio Real de Turín, donde fue estudiado por 36 investigadores.
Entre ellos había físicos, bioquímicos, forenses, patólogos, especialistas en microfotografía y hasta representantes de la Nuclear Technology Corporation de los Estados Unidos.
El equipo concluyó que la imagen en la tela es el cuerpo de un hombre flagelado y no una recreación artística, y certificaron la presencia de sangre. Por primera vez, la ciencia respalda la autenticidad del Manto Sagrado.
El único que discrepo entre los 36 investigadores fue Walter McCrone, director de una empresa privada de análisis químico de la ciudad de Chicago.
Precisamente el Dr. McCrone dijo que sus pruebas microscópicas revelaron manchas de óxido de hierro, un pigmento tradicional. “Creo que el sudario es una falsificación, pero no puedo probarlo”, dijo.
Uno de los principales investigadores, Ray Rogers, del National Scientific Laboratory de los Álamos, descubrió que la imagen consistía en una capa ligera de color amarillo que solo afectada la superficie exterior de las fibras. El color no estaba difuso, no había penetrado la tela, ni se había corrido hacia los lados.
La teoría de Vaporización
El especialista en espectroscopia Sam Pellicori, del Santa Bárbara Research Center, decidió examinar la teoría de Vaporización que afirmaba que la imagen había sido formada por una reacción química entre el sudor del cuerpo y especies.
Pero según explica Pellicori, en la imagen también aparecen la cara y otras partes del cuerpo que al parecer no entraron en contacto con el lienzo.
Según Pellicori, el proceso de formación de la imagen en el sudario es incomprensible.
La mejor forma de describirlo es como la ebullición de la materia superficial de la parte exterior del tejido. Algunos detalles indican que eso pudo haber sido producido por un violento estallido de energía radiante.
Las manchas de sangre también fueron estudiadas. La primera y más importante conclusión fue que se habían depositado de forma normal.
El doctor John Heller, del New England Institute, dijo que ninguna de las pruebas había mostrado que las antiguas manchas no eran de sangre, pero que algunas indicaban que podían serlo.
Los rayos ultravioletas hicieron fluorescentes las manchas y los rayos X revelaron el porcentaje exacto de hierro que corresponde a la sangre.
También se encontraron cristales diminutos entre los hilos de la trama en las zonas manchadas de sangre y considero que era hemoglobina alterada por el tiempo.
Últimos estudios realizados
En el año 1988 varios científicos llegaron a la conclusión de que la tela era falsa. Sometido a radiocarbono, la Universidad de Oxford (Gran Bretaña), la Universidad de Arizona (EE.UU.) y el Instituto de Tecnología de Suiza concluyeron que el lino era de la Edad Media.
La tela era de ahora, según la ciencia, una falsificación.
Dos científicos italianos acaban de agregar más condimento a la reliquia más popular de la cristiandad.
El antropólogo forense Matteo Borrini y el químico Luigi Garlaschelli en el ‘Journal of Forensic Sciences’ afirman que los regueros de sangre de la sábana santa que han examinado son incompatibles con los de un cuerpo crucificado y, por lo tanto, se confirma la falsificación.
Fundamentan dicha afirmación en los resultados de intentos de replicar varias manchas de sangre de la figura humana presente el en lienzo.
Destellos luminosos
Otro estudio, llevado a cabo por la Agencia Nacional para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible (Enea), en Italia, apoya la teoría del estallido lumínico.
Llegan a la conclusión que la tela es la reproducción de un cuerpo estampado en el lino por una fuente lumínica imposible de reproducir por la ciencia humana.
Los expertos intentaron replicar la impresión del Sudario usando rayos láser ultravioleta de alta intensidad, pero sólo consiguieron una mediocre réplica.
«Los resultados muestran que una ráfaga corta e intensa de la radiación UV dio color a la sábana y reprodujo las características peculiares de la imagen corporal en el sudario de Turín«, dijeron los científicos en su informe, añadiendo que no existe ningún aparato capaz de generar una radiación de tal potencia.
«La imagen, por tanto, debe haber sido creada por algún tipo de energía electromagnética (como un destello de luz en longitudes de onda corta)«, concluye el documento
Los resultados del informe de Enea indican, además, que: «el Sudario se remonta al siglo I, es decir, no es medieval. También hemos comprobado la total ausencia de pigmento, o sea, es posible decir que no fue hecho por la mano del hombre. Todos los fragmentos que hemos hallado son de origen orgánico«, dice el documento, que incluso habla de sangre.
Reflexión final
Bueno la pregunta es fácil ¿Es real el Sudario de Turín? La respuesta es complicada.
Digamos que hay bastantes posiciones encontradas y la respuesta no la sabemos.
Sin embargo, a mi humilde entender quedan en pie dos grandes interrogantes.
Si la imagen fue creada por un violento estallido de energía radiante ¿Qué provocó ese estallido?
Y por último culminó con la pregunta que realizó Delage en 1902 a los miembros de la Academia de Ciencias: Si no es el sudario de Cristo, entonces, ¿de quién es?
¡GRACIAS!!!